Curiñanco
En Curiñanco el sol caía sobre la arena ,
Lamía el viento alguna piedra , la sombra leve de los pellines se confundía con los maitenes ,
y yo pensaba en don Armijo que en Punta Brava junta chupones , para venderlos a los turistas
que suman miles en los veranos , y que no saben de los inviernos , de la locura de temporales , de soledades y de silencios , cuando la noche calla su lengua , y es un misterio el bosque quieto , porque la vida tiene su encanto y hay que vivirla sin gran enredo , pero no tienen que saber ellos de lo que uno ama este suelo , el sur enseña con sus ejemplos a dar las gracias por cada día ,
uno no sabe si va o si viene en la algaraza de la ventisca .
En Curiñanco el sol caía sobre la arena ,

y yo pensaba en don Armijo que en Punta Brava junta chupones , para venderlos a los turistas
que suman miles en los veranos , y que no saben de los inviernos , de la locura de temporales , de soledades y de silencios , cuando la noche calla su lengua , y es un misterio el bosque quieto , porque la vida tiene su encanto y hay que vivirla sin gran enredo , pero no tienen que saber ellos de lo que uno ama este suelo , el sur enseña con sus ejemplos a dar las gracias por cada día ,
uno no sabe si va o si viene en la algaraza de la ventisca .
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